miércoles, 9 de julio de 2008

Fiesta de San Juan


El día de San Juan Bautista -24 de junio- es una de las fiestas cristianas más extensamente difundidas en el mundo occidental. En Venezuela, los festejos en honor a San Juan Bautista revisten singular importancia, desde la época colonial hasta el presente, en aquellos tiempos de la colonia los negros Dominados y reprimidos, no tenían días de descanso, pero, una vez al año, el 24 de junio, los españoles dejaban a un lado la faena laboral, para venerar a San Juan, su patrono. La fecha coincidía con el solsticio de verano, día más largo del año, celebrado en los pueblos africanos porque daba inicio a la época en que las cosechas arrojan sus mejores frutos. Era entonces una oportunidad para los esclavos de reencontrarse con sus dioses y ritmos ancestrales.


Esa costumbre de rendir tributo a deidades paganas, no fue vista con buenos ojos por parte de la iglesia, por lo que se les pidió a los dueños de las haciendas, que les obligaran a venerar también a la imagen del Bautista. Oponerse a la cultura y tradiciones europeas significaba la muerte para los negros de las plantaciones, de allí que con el paso del tiempo las terminaran adoptando y fusionando con sus propias creencias.

Hoy, esta festividad afrocatólica sigue viva en muchas poblaciones venezolanas, especialmente en las comunidades de las costas de Aragua, Carabobo y Vargas; las regiones del Tuy y Barlovento en el estado Miranda; la zona subcostera del estado Yaracuy; y el norte de Guárico.

Es así como cada año, en la víspera del onomástico, el 23 de junio en la noche arranca una de las más representativas de nuestras fiestas tradicionales. Ese día, comienzan a sonar los repiques de los tambores en lo que se conoce como el primer velorio. Es decir, frente al santo que “vive” en su adornado nicho, en una casa del pueblo, la cual generalmente está cerca de la iglesia, comienzan a entonarse los cantos de sirenas y sangueos, junto al sonido de guaruras, maracas y toques de mina, curbata, culo e’ puya y demás tambores.

El 24 se pronuncia la misa en su honor y una vez concluida, nuevamente resuenan los cueros. En la tarde la parranda sigue con recorridos por el pueblo, en los que el Santo va acompañado con música, cantos y bailes. De regreso a la casa, sigue la celebración con un segundo velorio, esta vez más efusivo.

El día 25 es El Encierro de San Juan. Los tambores se detienen hasta las tres de la tarde, hora en la que empieza la despedida al Santo. En procesión es llevado hasta la puerta de la iglesia del pueblo, momento en el que repican las campanas del templo para darle la bienvenida. La fiesta sigue hasta que San Juan, en manos de su cargadores, es regresado a su casa de origen. Una larga jornada que amenizada con bebidas espirituosas, música y actos esotéricos, se extiende hasta el amanecer.

En algunas poblaciones, en la mañana del 24, se encamina el santo hacia el río de la localidad y ahí las “madrinas” lo bautizan, tal como, según la Biblia, lo hiciera San Juan con Jesús en las aguas del río Jordan. Este ritual se hace porque según la creencia popular se dice: Que el santo purifica el agua y todo el que se bañe en el río con fe, atrae la buena suerte durante todo el año”. Una vez el santo queda completamente mojado, continua la fiesta.

Igualmente los pescadores de la zona aragüeña acostumbran hacer el Encuentro de Sanjuanes, una hermosa procesión marítima que concluye en Ocumare de la Costa, lugar donde se reúnen para armar la parranda con tambores.

Magia y Espiritualidad



En esos días, además de hacerle peticiones, o agradecerle al San Juan milagrero por los favores recibidos, son muchos los ritos populares que se realizan. Entre ellos está el de cortarse el cabello, ya que al igual que las cosechas y la pesca que San Juan bendice ese día, éste crecerá fuerte y abundante.

Otro es derretir cabos de velas y echarlos en recipientes con agua, al enfriarse, la esperma se solidifica creando como especie de hilos, que los expertos en la materia son capaces de leer para predecir y adivinar el futuro de las personas. Con la misma intención, se vierte un huevo en un vaso con agua y se descifra las imágenes que allí se forman.

El destino amoroso también puede descubrirse en un envase transparente lleno de agua. Si cada uno de los miembros de una pareja, lanza una aguja en un recipiente y estas se atraen, será amor eterno, pero si se repelen, pues allí no hay esperanzas de idilio.

Un rito que genera mucho temor en los creyentes, tiene que ver con el futuro que le depara a quien el día de San Juan, se acerque a un río y no logre ver el reflejo de su cabeza en el agua, ya que esto significa que morirá en los próximos meses.

Los que nunca faltan son los baños en el río. Durante todo el día, pero especialmente a las 12:00 del mediodía del 24 de junio, las aguas están benditas por la mano del Bautista. El que allí moje su cuerpo, quedará bendito y santificado. Otros aprovechan para bañarse con esencias, fumar tabacos y hacer demás ceremonias que ayuden espanten la pava, purifiquen el alma y atraigan la prosperidad.

y recuerda que” si san Juan lo tiene san Juan todo lo da…”


miércoles, 2 de julio de 2008

La Parranda de San Pedro

“El San Pedro de mi tierra es un santo milagroso, juega chapa con los negros y descubre a los tramposos”, así cantan en Guarenas y Guatire mientras los sampedreños bailan y zapatean con sus alpargatas al son de cuatros y maracas.

Hombres con el rostro teñido de negro y con sombrero y ropas del mismo color, que contrastan con pañuelos rojos y amarillos representando los colores de conservadores y liberales, tocan cuatro, maracas y hacen coro recordando en sus estrofas a la negra María Ignacia, quien pidió a San Pedro para que su hija enferma sanara.

En la actualidad los llamados sanpedreños, visten como los esclavos de la época colonial, y en sus pies llevan un gran pedazo de cuero de ganado, denominado cotiza que estalla como parte de la percusión y manifiesta el repudio de la esclavitud. También participan los llamados Tucucitos, niños que forman parte de la parranda bailando y cantando.

El milagro se cumplió y María Ignacia, tal como lo había prometido, comenzó a cantar y a bailar todos los 29 de junio como testimonio de agradecimiento. Por gozar del cariño de su comunidad, no faltó la solidaridad para acompañarla en su promesa”, ilustró el Coordinador General de la agrupación del Centro de Educación Artística Andrés Eloy Blanco (CEA), Miguel Alciro Berroterán.

Esta tradición tuvo como escenario las diferentes haciendas de caña de la época colonial, llamadas Ingenios, donde los esclavos trabajaban en la producción de azúcar y sus derivados.

La plaza 24 de Julio de Guatire congregó este año a niños de más de 20 escuelas que recogen, de la generación que les precede, las particularidades de una de las manifestaciones más genuinas de la nación.

Pese a que la celebración estuvo prendida desde el viernes 27, fue este domingo 29 cuando llegó a su máximo, este día las diferentes parrandas asistieron a la misa tradicional en la iglesia Santa Cruz de Pacairigua, en el caso de Guatire, y luego los parranderos, fieles y seguidores, cantaron y bailaron mientras recorrían las principales calles del pueblo.

Posterior a la muerte de María Ignacia, su marido se viste de mujer para continuar con la promesa ofrecida a San Pedro. La negra es recordada en las letras que entonan los cantantes de la Parranda: “¿Donde está mi María Ignacia? que la quiero ver bailá con su falda y su sombrero y su bemba colorá.”

“A raíz de la muerte de la principal protagonista de esta historia, la Parranda queda integrada únicamente por hombres y es por ello, que vemos en la parranda, a un hombre vestido de mujer con una falda de colores, representando a María Ignacia, quien a su vez carga entre sus brazos una muñeca de trapo sustituyendo a la niña sanada”, reseña el CEA. Sin embargo la novedad este año en Guatire, fue la participación de algunas mujeres, como parte de los parranderos.

Cabe acotar que también suele ser tradición que se una a la parranda de San Pedro, el baile de San Juan, celebrado cada 24 de junio en las poblaciones costeñas del estado Vargas.