“El San Pedro de mi tierra es un santo milagroso, juega chapa con los negros y descubre a los tramposos”, así cantan en Guarenas y Guatire mientras los sampedreños bailan y zapatean con sus alpargatas al son de cuatros y maracas.
Hombres con el rostro teñido de negro y con sombrero y ropas del mismo color, que contrastan con pañuelos rojos y amarillos representando los colores de conservadores y liberales, tocan cuatro, maracas y hacen coro recordando en sus estrofas a la negra María Ignacia, quien pidió a San Pedro para que su hija enferma sanara.
En la actualidad los llamados sanpedreños, visten como los esclavos de la época colonial, y en sus pies llevan un gran pedazo de cuero de ganado, denominado cotiza que estalla como parte de la percusión y manifiesta el repudio de la esclavitud. También participan los llamados Tucucitos, niños que forman parte de la parranda bailando y cantando.
El milagro se cumplió y María Ignacia, tal como lo había prometido, comenzó a cantar y a bailar todos los 29 de junio como testimonio de agradecimiento. Por gozar del cariño de su comunidad, no faltó la solidaridad para acompañarla en su promesa”, ilustró el Coordinador General de la agrupación del Centro de Educación Artística Andrés Eloy Blanco (CEA), Miguel Alciro Berroterán.
Esta tradición tuvo como escenario las diferentes haciendas de caña de la época colonial, llamadas Ingenios, donde los esclavos trabajaban en la producción de azúcar y sus derivados.
La plaza 24 de Julio de Guatire congregó este año a niños de más de 20 escuelas que recogen, de la generación que les precede, las particularidades de una de las manifestaciones más genuinas de la nación.
Pese a que la celebración estuvo prendida desde el viernes 27, fue este domingo 29 cuando llegó a su máximo, este día las diferentes parrandas asistieron a la misa tradicional en la iglesia Santa Cruz de Pacairigua, en el caso de Guatire, y luego los parranderos, fieles y seguidores, cantaron y bailaron mientras recorrían las principales calles del pueblo.
Posterior a la muerte de María Ignacia, su marido se viste de mujer para continuar con la promesa ofrecida a San Pedro. La negra es recordada en las letras que entonan los cantantes de la Parranda: “¿Donde está mi María Ignacia? que la quiero ver bailá con su falda y su sombrero y su bemba colorá.”
“A raíz de la muerte de la principal protagonista de esta historia, la Parranda queda integrada únicamente por hombres y es por ello, que vemos en la parranda, a un hombre vestido de mujer con una falda de colores, representando a María Ignacia, quien a su vez carga entre sus brazos una muñeca de trapo sustituyendo a la niña sanada”, reseña el CEA. Sin embargo la novedad este año en Guatire, fue la participación de algunas mujeres, como parte de los parranderos.
Cabe acotar que también suele ser tradición que se una a la parranda de San Pedro, el baile de San Juan, celebrado cada 24 de junio en las poblaciones costeñas del estado Vargas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario